Santiago Maldonado

Luciano Benetton y los Mapuches vinculados al caso

BUENOS AIRES, ARG. 02, Oct. 2017.-

¿De qué manera Benetton "el príncipe de los colores" termina vinculado a la desaparición de Santiago Maldonado?¿Quienes son los Mapuches y que reclaman? ¿Qué tiene que ver Gran Bretaña ?

Para entenderlo es necesario analizar la historia y la política argentina, los actores involucrados y sobre todo los intereses económicos que se ponen en juego. 

El look informal, la innovación en jersey de lana con fuertes colores y una industria textil de alcance mundial fueron la impronta del grupo Benetton desde sus orígenes. La empresa familiar formada por Luciano, Giuliana, Gilberto y Carlo se conformó en 1965. Cuatro años después inauguraba su primer local en París. Con 20 años Luciano se convirtió en el presidente de la compañía. En los años siguientes se expandieron a las principales avenidas del mundo, las ganancias crecieron y sumaron nuevas marcas: Sisley, Playlife y Killer Loop. Hoy tiene tiendas en más de 120 países.

En pleno auge empresarial, Luciano también incursionó en el mundo de la política. Entre 1992 y 1994 fue senador de Italia por el Partido Republicano Italiano (PRI), el partido de Silvio Berlusconi. En 1993 la Justicia de ese país aprobó que se lo investigue y juzgue por corrupción, motivo que lo llevó a no presentar su reelección.

La industria textil es una de las más explotadoras del mercado y la que peores salarios tiene. Para reducir costos los Benetton, tercerizaron la producción en países donde la mano de obra es barata y abundante como Turquía, donde fueron denunciados por el sindicato Tekstil Iscileri por explotación infantil de niños de entre 9 y 13 años que fabricaban sus prendas.

Otro caso que lo tuvo en el ojo de la tormenta fue en 2013 cuando una fábrica textil en Bangladesh que producía tejidos para Benetton se derrumbó y provoco la muerte de 1.132 trabajadores y dejó 2.500 heridos. La marca se negó a pagar cualquier tipo de indemnización pero el desprestigio que le había generado su indiferencia, lo obligo a hacerlo. Hoy el imperio familiar cuenta, según la revista Forbes, con aproximadamente 3,4 miles de millones de dólares.

Volviendo al caso de Santiago Maldonado y para entender la dinámica y el contexto en el que se produce su desaparición es importante no perder de vista la historia sobre la relación de la Argentina con el "primer mundo".

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Un poco de historia:

La Patagonia es la región más extensa de la Argentina y también donde se da la mayor concentración de tierras en pocas manos. Formada por enormes campos planos y hermosos paisajes trasandinos. Felipe Isidro Pigna es un historiador, profesor y escritor argentino especializado en la historia de Argentina, en uno de sus trabajos cuenta un poco sobre la denominada "Conquista del Desierto".

El 14 de agosto de 1878, el presidente de la nación Nicolás Avellaneda envió al Congreso un proyecto para poner en ejecución una ley que ordenaba la ocupación de un territorio denominado Río Negro, con el fin de extender las fronteras del Estado Nacional argentino (y de su mercado de materias primas en el mundo) que estaba en pleno proceso de conformación. El Congreso sancionó en octubre una ley autorizando una inversión alrededor de 1.600.000 pesos para sufragar los gastos de esta conquista.



Con la financiación aprobada, un flamante general, Julio Argentino Roca estuvo en condiciones de preparar sus fuerzas para lanzar la ofensiva final. La expedición partió entre marzo y abril de 1879. Seis mil soldados fueron distribuidos en cuatro divisiones que partieron de distintos puntos para rastrillar el territorio argentino conocido como la Pampa. 

El resultado fue un brutal genocidio, a su paso aniquilaron a los habitantes preexistentes o los tomaron prisioneros para convertirlos en mano de obra barata destinados tanto para trabajar en los campos conquistados como en las zonas urbanas en tareas domésticas. Los pocos sobrevivientes fueron desarraigados y dispersos hacia la frontera chilena de la cordillera. Entre los pueblos masacrados estaban los mapuches, asentados en una extensa porción del noroeste de la Patagonia

Los Mapuches no eran ni chilenos ni argentinos simplemente porque ambos Estados son construcciones históricas posteriores a la vida y desarrollo de estos pueblos. El éxito obtenido en la llamada "Conquista del Desierto" prestigió frente a la clase dirigente la figura de Roca y lo llevó a la presidencia de la república.

Para el Estado nacional, significó la apropiación de millones de hectáreas. Estas tierras fiscales que, según se había establecido en una Ley de Inmigración, serían destinadas al establecimiento de colonos y pequeños propietarios llegados de Europa, fueron distribuidas entre una minoría de familias vinculadas al poder, que pagaron por ellas sumas irrisorias.

Ramón Minieri, escritor argentino creador del libro "Ese ajeno sur", citaba a Domingo Faustino Sarmiento (predecesor de Avellaneda en la presidencia) quien era un permanente crítico de todo el proceso de expropiación y privatización de la tierra pública. Él decía que los favores políticos se pagan con tierras, cuando se quiere conquistar a un adversario se le regalan tierras.

La Ley de Inmigración tambien conocida como la Ley de Avellaneda era muy generosa para convocar colonos a la Argentina. En ella se regalaba tierra a cada colono, hasta 100 hectáreas, las hectáreas adicionales estaban a un peso por hectárea, se le otorgaba el pasaje gratis desde su país de origen a la Argentina, se lo alojaba gratis durante tantos días lo necesite, en un lugar denominado Hotel de Inmigrantes y se lo lleva también en forma gratuita a su lugar de destino. Les era entregado bastantes condiciones favorables, incluso no pagar derecho aduanero, por traer sus herramientas de trabajo. También existía un Artículo 3 de la Ley, en ella se estableció que las empresas que quieran traer colonos podrían recibir hasta 80 mil hectáreas, en forma de concesión.

Aparecieron once procuradores, hombre de paja (constitución de sociedades controlado por una sola persona), ante la Oficina de Tierras y Colonias a pedir cada uno 80 mil hectáreas. Eran los mismos apellidos mezclados, todos argentinos a excepción de una concesión, que la solicita un inglés. Las tierras solicitadas formaban un tablero de cuadros diagonales entre la Cordillera (El Maitén, Leleque, Cholila) y la Costa Atlántica y Puerto Madryn, con parte en la llamada Línea Sur rionegrina (Maquinchao, Sierra Colorada).


El Estado argentino regaló gran parte de estas tierras a más de cincuenta compañías inglesas que comenzaban a operar dentro del país para que las colonizaran. Gran parte de ellas fueron administradas por un fondo de inversión común llamado Compañía de tierras del Sud Argentino. Ramón Minieri cuenta que la "La Compañía"- como solía ser conocida- "explotó esas tierras durante casi un siglo en condiciones excepcionalmente favorables: pudo producir, importar, exportar y obtener utilidades, sin tener que pagar durante años los derechos aduaneros ni otra clase de tasas, o beneficiándose con tipos de cambio preferenciales y aranceles reducidos".

Pasaron más de 130 años y ningún gobierno tocó las bases estructurales de este modelo económico de rapiña. 

En 1892 se presenta una mayoria de los concesionarios alegando que no han podido cumplir con las condiciones del contrato, porque las tierras son áridas, lejanas, y no hay medios de transporte, motivo por el cual los colonos no aceptaban venir. El Estado argentino busca darle un remedio y cosechar unos pesos, recuperar algunas tierras, a través de la denominada Ley De Liquidación.

La nueva ley para acomodar la situación, planteó en algunos casos recuperar el 25% de las superficies, cosa que pasó en concesiones poco útiles. El Estado había concedido en el país 38 millones de hectáreas y no llego a recuperar un millón de ellas. En realidad la ley sirvió para justificar una operación de blanqueo y de escrituración de las tierras. Propusieron como condición una inversión de "tanto por legua". Entonces sucedía que cuando el inspector llegaba eran avisados de antemano y colocaban a las vacas y ovejas para que las vea en un campo, después la pasaban a otro y así 'disfrazaban' la inversión.

En 1975 La Compañía pasa a una sociedad llamada "Great Western Company Limited", con sede en Luxemburgo (paraiso fiscal), aparentemente pertenecientes a tres capitalistas argentinos, Menéndez, Ochoa y Paz, representantes de la burguesia argentina. En 1982 y en medio de la guerra por el dominio de las Islas Malvinas entre Gran Bretaña y Argentina, el gobierno de facto de Leopoldo Galtieri emite un decreto por el cual incauta y congela las cuentas bancarias de las empresas británicas y las empresas mismas quedan en observación. A raíz de ese decreto, Menéndez, Ochoa y Paz ante un escribano transparentan que desde hace muchos años eran dueños de La Compañía, es decir, que era argentina, no británica. Y ahí cambia el nombre del inglés al castellano y se llama Compañía Argentina de Tierras del Sud.

En 1991 y bajo el gobierno de Carlos Saúl Menem, Luciano Benetton adquiere esas tierras hasta la actualidad. A través del holding internacional del grupo Benetton, Edizione, el magnate italiano compró por 50 millones de dólares las casi 900.000 hectáreas ubicadas en un 98% en las provincias de Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén y Buenos Aires donde se dedica a la producción de lana principalmente aunque ahora aparece un mercado nuevo para explotar y es el petrolero que se expresa en un yacimiento que también se encuentra en disputa territorial: Vaca Muerta

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